Encender un fuego pdf
Santo, Santo, Santo, sin mancha. Vivir la eternidad. Esto pasa Mirar mi vida a la luz de la eternidad. Mis amores a la luz de la eternidad Los sacrificios que Dios me pida La China, el Congo Pasan, pero la eternidad permanece. Mt 13, Venderlo todo. Lo que es la vida eterna La vida eterna es poseer a Dios… y llenar eternamente con nuevos y nuevos aspectos mi inteligencia sedienta de verdad.
No es mirar y saciarme, sino penetrar y ahondar un libro inagotable, porque es infinito y mi inteligencia permanece finita. Es un viaje infinitamente nuevo y eternamente largo.
Lc 23, El que se da, crece. Mirar en grande, querer en grande, pensar en grande, realizar en grande. Al comenzar un trabajo, hay que prepararlo pacientemente. Amar la obra bien hecha, y para ella poner todo el tiempo que se necesite. Pensar y volver a pensar. En cada cosa, adquirir el sentido de lo que es esencial. No hay tiempo sino para eso.
La vida es demasiado corta para perder el tiempo en intrigas. No despreciarlo en escaramuzas. Amar el combate, considerarlo como normal. Las armas del cristianismo no son las armas del mundo. Hay que perseverar. Saber que las ideas caminan lentamente. Se irritan con los retardos, con las resistencias.
Cada uno parte de lo que es, de lo que ha recibido. Pero, amigo, una obra que marcha, tiene siempre cosas que no marchan.
Creer en los medios pobres. Librar con buena fe batalla contra los poderosos. El sufrimiento, la cruz es sobre todo permanecer en el combate que se ha comenzado a librar. Hay quienes quieren desarrollarse pero sin dolor. Comenzar por acusarte a ti mismo.
El fracaso construye. No armar alharaca. No gritar. No indignarse. No irritarse. Continuar siempre. Cada gota cuenta. La fe es una luz que invade. La fe nos hace ver que cada gota cuenta, que el bien es contagioso, que la verdad triunfa. Es imposible un santo si no es un hombre; no digo un genio, pero un hombre completo dentro de sus propias dimensiones.
Hay tan pocos hombres completos. Los profesores nos preocupamos tan poco de formarlos; y pocos toman en serio el llegar a serlo. No es el eco de un libro, el doble de otro, el esclavo de un grupo.
Y no puede sernos indiferente fracasar, porque mi fracaso lo es para la Iglesia y para la humanidad. Muchos trabajan por ocuparse; pocos por construir; se satisfacen porque han hecho un esfuerzo. Eso no basta. Hay que amar eficazmente. El equilibrio es un elemento preciso para un trabajo racional. Es bueno recordar que en muchos casos se descansa de un trabajo pasando a otro trabajo, no al ocio.
Entonces hay sencillamente que disminuir: Volver a encontrar la calma entre amigos bondadosos, recitar maquinalmente su rosario y dormitar dulcemente en Dios. Entregado sin reservas y sin horario. No hago falta a nadie Es el consejo del diablo, que tiene parte de verdad.
Hay que encarar la dificultad. Ni siquiera desprecia las sobras: Doce canastos; de los peces sobraban cabezas y espinas, y hasta eso lo estima. Puedo mucho si estoy en Cristo; puedo mucho si coopero con Cristo Y considero esto una gran gracia. Alberto Hurtado S. Todo el esplendor del cual se enriquece el cielo, se fabrica en la tierra. Un amor que no es un vano sentimentalismo, sino un sacrificio recio, duro, que no se detuvo ante las espinas, los azotes y la cruz. Gn 4,9 , y algo semejante parecen pensar algunos hombres que se desentienden del inmenso dolor moderno.
Esos dolores son nuestros, no podemos desentendernos de ellos. No puedo desinteresarme de ellos Son mis hermanos de la tierra, destinados a ser hermanos de Cristo. Goza, goza.
Es como cuando uno se pone a mirar el cielo estrellado en una noche serena. Dios es Amor; Omnipotente; Eterno. Imaginemos el acuerdo divino para crear El primer brotar de la materia. Los astros que revientan. Jn 3, Bondad infinita de Dios conmigo. A la hora que se hagan opacas me vuelvo terreno y estoy perdido. Todo esto es digno de respeto, pero no es mi fin. Para este fin me dio inteligencia y voluntad, y sobre todo libertad. Y luego, salvar el alma EE En la casa de mi Padre, hay muchas moradas cf.
Jn 14,2. Mt 6, No temo la muerte, porque es el momento de ver a Dios. Todo tiene premio. El cielo. Esa es la gran ciencia, estar a fondo en las manos de Dios A una absoluta transparencia, a vivir de tal manera que nada en mi conducta rechace el examen de los hombres, que todo pueda ser examinado.
Debo considerarme siempre servidor de una gran obra. Todo ha de ser realizado si la obra se ha de hacer.
Lo que importa es hacerlo con inmenso amor. La humildad consiste en ponerse en su verdadero sitio. Ponerse en plena disponibilidad frente a su plan, frente a la obra que hay que realizar. No achatarme. Caminar al paso de Dios. Fundir mi voluntad de hombre con la voluntad de Dios. No esperar reconocimiento, pero alegrarse y agradecer los que vienen.
Munificencia, magnificencia, magnanimidad, tres palabras casi desconocidas en nuestro tiempo. La munificencia y la magnificencia no temen el gasto para realizar algo grande y bello. Piensa en otra cosa que en invertir y llenar los bolsillos de sus partidarios. No orar bastante. Perder el contacto con Dios. Andar demasiado a prisa. No darse entero. Preferirse a la Iglesia. Buscar su gloria. Dejarse abatir por el fracaso. Ceder a sus impulsos naturales, a sus prisas inconsideradas u orgullosas.
Cesar de controlarse. Apartarse de sus principios. Hacer del apostolado un negocio, aunque sea espiritual. No retroceder para ver el conjunto.
No tener cuenta del contexto del problema. Improvisar por principio. No prevenir. No acabar. Racionalizar con exceso. Ser titubeante, o ahogarse en los detalles. Mandarlo todo. No ser disciplinado. Sacrificar a otro por mis planes.
Ser duro para sus asociados y para sus jefes. No tener gratitud. Ser sectario. No ser acogedor. No amar a sus enemigos. Tomar a todo el que se me opone como si fuese mi enemigo. Estar habitualmente triste o de mal humor. Dejarse ahogar por las preocupaciones del dinero. No dormir bastante, ni comer lo suficiente. Renato Poblete, s. El que quiere salvarse tiene que arriesgarse. No hay riesgo cuando no hay temor, incertidumbre, ansiedad y miedo. En su esencia, pues, la fe es hacer presente lo que no vemos; obrar por la sola esperanza de lo que esperamos sin poseerlo ahora; el arriesgarse para alcanzarlo.
En cada riesgo hay que sacrificar algo: aventuramos nuestras propiedades por una ganancia, cuando tenemos fe en un plan comercial.
Esto es, sacrifiquen por el mundo futuro lo que los sin fe usan tan mal: viste al desnudo, alimenta al hambriento Es lo que nos acontece en muchas cosas en la vida.
Augusto Salinas. Nuestros Padres nos dieron una Patria libre, a nosotros nos toca hacerla grande, bella, humana, fraternal. Si ellos fueron grandes en el campo de batalla, a nosotros nos toca serlo en el esfuerzo constructor.
Estas palabras uno las oye ahora repetidas hasta el cansancio: son el programa para los tiempos actuales. Saludos a su familia. Nadie me comprende. Se me han puesto frente a frente.
Todo se ve oscuro. Estoy solo. Enteramente solo. Bien solo. Ya no estoy solo. Vamos al trabajo, dulcemente, a las cartas, a la lectura, a corregir, a escribir. En estos momentos, acude a tu pieza. Tu pieza es un desierto. La naturaleza, que entra por la ventana, no turba tu coloquio, ella lo facilita. Te espera y te habla. Es tu Dios, grande, hermoso, que te reconforta, que te ilumina, que te hace entender que te ama.
No te vayas. Escucha bien. A ratos tu desierto es tu pieza, pero a Dios lo necesitas siempre. Tu desierto, es la voluntad de nunca traicionar; es tu recogimiento en Dios; es tu esperanza indefectible. Teniendo la conciencia de que ya no somos nosotros, sino que tras nuestras apariencias humanas vive Cristo y quiere actuar Cristo Vivir en Cristo; transformarse en Cristo Imitar a Cristo, meditar en su vida, conocer sus ejemplos Maneras erradas de imitar a Cristo 1.
Pero no es esto. Contemplan la vida de Cristo como un prolongado deber, y nuestra vida como un deber que prolonga el de Cristo. E imitar a Cristo para ellos es huir de los pensamientos malos, evitar todo peligro, limitar la libertad de todo el mundo y sospechar malas intenciones en cualquier acontecimiento de la vida.
Todo es necesario, pero no es eso lo esencial del catolicismo. La vida divina aparece en todo el mundo. Es profesor y comerciante, es ingeniero, abogado y obrero, preso y monarca Es todo cristiano que vive en gracia de Dios y que aspira a integrar su vida en las normas de la vida de Cristo en sus secretas aspiraciones. Pero no cifra en ellos lo primordial. Esta Buena Nueva predicada y aplicada es el apostolado. Retumba la avalancha, rugen los abismos, se encrespan las olas.
Son hermanos nuestros. La inmensa responsabilidad de los cristianos, tan poco meditada y, sin embargo, tan formidable. Las proyecciones del apostolado son inmensamente mayores si consideramos su perspectiva de eternidad.
Las almas que se agitan y claman en las plazas y calles tienen un destino eterno: Son trenes sin frenos disparados hacia la eternidad. Que se acostumbren a buscar siempre y en todo a Cristo. Caridad real: Se levanta y va, y hace de sirvienta tres meses. Caridad real, activa, que no consiste en puro sentimentalismo Las dificultades no detienen su caridad. Parte prontamente: No espera que le avisen. Este adelantarse en los favores, los duplica. Es el gran secreto del fervor: la prisa y el entusiasmo por hacer el bien.
La verdadera caridad no piensa sino en la posibilidad de hacer el servicio, como la verdadera humildad no considera aquello por lo que somos superiores, sino por lo que somos inferiores. Los religiosos imperfectos tienen caridad mezquina. Dan lo menos posible, piensan, discuten, regatean, miran el reloj El gesto cristiano es amplio, bello, heroico, total.
Se da sin medida y sin esperanza de retorno. En medio de dolores y pruebas Las canas La piedra del sepulcro y los guardias creyeron haberlo pisoteado. No cansarse de sembrar. La esperanza es el lazo que une el cielo y la tierra. No nos imaginemos el cielo con sillones tranquilos. Lc 15,7. Jn 21,1— Tenemos la responsabilidad del mundo entero. Tenemos la responsabilidad del crecimiento de la Iglesia.
Si el crecimiento es por unos miembros y no por otros es anormal, una enfermedad y la muerte. Tenemos que interesarnos por las misiones que tienen por objeto salvar las almas y hacer crecer a la Iglesia. Su pensamiento, casi nunca; sus deseos, pocas veces De los La caridad comienza desde el primer momento con todos: ama, desde el principio, a todos. Con nuestros deseos, oraciones, padecimientos, influencia, podemos mucho.
Conservar en nuestra alma ese gran deseo y no quedarnos en el raquitismo espiritual. Primero, no se trata de convertir a todos los chinos: sino de establecer la Iglesia. Con 25 millones de Chinos se funda la Iglesia china. Como en EE. Se acabaron las misiones, y ellos se hacen misioneros. En este momento el influjo de oraciones, deseos, influencias puede determinar el rumbo por siglos y siglos.
Pero, para las misiones no hay personal Lo primero es un acto de fe. Pero cuando hay misiones, cambia. Cuando uno se aficiona a las misiones aprende mucho. Nuestros sacrificios, nuestro apoyo y nuestra influencia. La exigencia de nuestra vida interior, lejos de excluir, urge una actitud social fundada precisamente en esos mismos principios que basan nuestra vida interior. Se trata nada menos que de la vida de tantos de nuestros hermanos. Recordemos la mortalidad infantil; los vagos que no tienen un techo que puedan llamar hogar, y andan errantes por los parques, se acurrucan en las puertas de las casas en el invierno y El orden social actual no responde al plan de la Providencia.
Schaack, s. A la santidad personal y al apostolado. Santidad personal que ha de ir calcada por la santidad de Cristo. Quisiera que lo pensaras a fondo, porque esto es lo esencial de los retiros espirituales. Los retiros son un llamado a fondo a la generosidad. Recuerdan los mandamientos, porque no pueden menos que recordarlos. Si Cristo encontrara uno Hay que luchar contra las pasiones propias, que apetecen lo contrario de su programa.
Mi yugo es suave y mi carga ligera Jn 16,33; Mt 11, Necesito de ti Nadie puede tomar esa obra, porque cada uno tiene su parte de bien que realizar. Si viniera a Chile En la gran obra de Cristo todos tenemos un sitio; distinto para cada uno, pero un sitio en el plano de la santidad. El pueblo que ora lo intuye. No se trata de honores sino de funciones. Con mayor cuidado que la pupila de los ojos debe ser mirada la caridad.
Hech 10, En la esperanza de estos prodigiosos cristianos es donde hay que buscar la fuerza para retemplar nuestro deber de amar, a pesar de los odios macizos como cordilleras que nos cercan hoy por todas partes.
Ser cristiano significa amar a nuestros hermanos como Cristo los ha amado. Raimundo Barros, s. El punto de vista del Maestro viene a ser el importante.
Mis preocupaciones, mis intereses, dejan lugar a los intereses del Maestro. No el que el gusto, el capricho, la utilidad o la comodidad me indiquen, sino aquel en el que pueda servir mejor. Es el servicio de Vuestra Majestad. Es un trabajo amoroso, no de esclavo. No se queja, sino que se alegra de darse, como la madre por su hijo enfermo.
Esta es la paz en el trabajo—sin—descanso: Mi Padre trabaja sin descanso. Jn 5, El verdadero trabajo de Dios, que consiste en dar la vida y conservarla, atraer cada ser hacia su propio bien, no cesa, ni puede cesar.
No se toca a Cristo, sino pasando por Pablo. Luego, no amar a los que pertenecen a Cristo, es no aceptar y no amar al propio Cristo. Por la fe debemos ver en los pobres a Cristo, y si no lo vemos es porque nuestra fe es tibia y nuestro amor imperfecto.
Es la miseria del mundo la que le angustia. El olvido de la justicia. La inmensidad de ranchos y pocilgas. Los salarios insuficientes o mal utilizados. Tanta mediocridad en los ricos como en los pobres. Conforme avanzaba en su camino se frotaba las mejillas y la nariz con el dorso de una mano enfundada en una manopla. Pero al fin y al cabo, tampoco era para tanto. Era un poco doloroso, es cierto, pero nada verdaderamente serio.
Ocultaban bajo la nieve verdaderas lagunas de una profundidad que oscilaba entre tres pulgadas y tres pies de agua. En ocasiones estaban cubiertas por una fina capa de hielo de un grosor de media pulgada oculta a su vez por un manto de nieve. Mojarse los pies en aquella temperatura era peligroso.
El perro no quiso adelantarse. Estaba contento de la marcha que llevaba. Estaba un poco asustado. Por eso el perro no hizo el menor esfuerzo por comunicar al hombre sus temores. A setenta y cinco grados bajo cero y con los pies mojados no se puede fracasar en el primer intento de hacer una hoguera. Las extremidades fueron las primeras que notaron los efectos de su ausencia.
La nariz y las mejillas estaban entumecidas, y la piel del cuerpo se enfriaba conforme la sangre se retiraba. Pero el hombre estaba a salvo. Lo alimentaba ahora con ramas del grueso de un dedo. Estaba salvado. Entre su cerebro y las yemas de sus dedos quedaba escaso contacto. Pero todo aquello no importaba gran cosa. Estaban cubiertos de hielo. Fue culpa suya o, mejor dicho, consecuencia de su error.
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